Vuelvo de dar un paseo por el parque, como suelo hacer los fines de semana.
Camino despreocupado y en mi mundo cuando dos viecejillas me paran porque quieren darme una revista.
Reacciono tarde, volver de mi mundo es un viaje muy largo, así que ya tengo la revista en las manos y una de las viecejillas ya me está hablando de no sé qué.
Cuando aterrizo en este mundo, la primera frase que entiendo es
Viejecilla 1:
- '¿Y estás preparado para la otra vida? Porque primero debes dejar tus pecados en esta.'
Viejecilla 2:
- Abre la revista y podrás saber cómo...'
Abro mucho los ojos y ya veo que llevo una revista con el logotipo de una iglesia bastante famosa (ya saben que no me gusta dar publicidad en este diario). Así que pongo cara de no entender nada (la de costumbre) y poniendo nuestra nacionalidad extanjera como excusa, balbuceo un 'Yo no entender español' y trato de avanzar.
Pero (y aquí llega el gran pero, o sea que debería estar en mayúsculas)
PERO (ahora sí), la Viecejilla 1 es la única persona mayor de 60 años que, increíble pero cierto, SABE HABLAR INGLÉS!!!!
Me coge del brazo y empieza a decirme que estará encantada de practicar inglés conmigo (yuhú_ironía).
Así que ahí estoy yo, con cara de 'No me puede estar pasando esto' y soportando una charla sobre las magnificiencias de llevar una vida sana espiritualmente en inglés.
Quince minutos más tarde (sé que fueron 15 porque miré el reloj varias veces a ver si se daban por enteradas, pero no hubo manera) y tras multitud de asentimientos de cabeza por mi parte, llegué cerca de casa y las señoras comenzaban a darme sus últimos consejos.
A punto estuve de confesar todos mis pecados, los del vecino, los de todos mis amigos, los de los transeúntes que me miraban con pena pero aceleraban el paso cuando pasaban cerca, los del barrendero y los de toda la humanidad, por desesperación y con tal de que me dejaran ya en paz (descanse).
A punto de gritar: SÍ, YO MATÉ A LAURA PALMER!!! la señora que sabía inglés me soltó del brazo y con un 'god loves you' (no lo creo, señora, después de estos quince minutos, no lo creo) me dejó ir.
Y ahí me quedé, parado como un tonto (o sin como), sin saber qué hacer, pero con un sentimiento de culpa tan grande como la cabeza que me había puesto la señora.
Son buenos, sí, son muy buenos. No me extraña que haya tantos socios en ese club.
Y cuando llego a casa, Laura me pregunta qué hago con esa revista en las manos.
Penitencia, Laura, hago penitencia.
En serio, ¿cuántas posibilidades había de que una persona mayor de 60 años que, además es monja (no tengo nada contra ellas, pero ¿les llega el Home English a los conventos? ¿Convent English?) SEPA HABLAR INGLÉS??????????????????????????????????????
Creo que TODOS mis pecados (pasados, presentes y futuros) están perdonados.
'Yes, yes, yes, of course, of course, of course...'
Nos leemos en el siguiente,
Elliot.