07 diciembre 2008

Ser o no ser Elliot, that is the question

Salgo de clase, aburrido, con frío, lento, amuermado... y sólo veo calle delante de mi. Creo que no llegaré a atravesarla entera, me pesan demasiado los pies.
Un rumor lejano trata de entrar en mi mundo, pero no le dejo demasiado:

Voz:
- Eeroo (así, como susurrando algo que casi no distingo)

Voz:
- Héctor (creo que ahora lo he entendido un poco mejor)

Voz:
- Héctor! (el rumor se ha hecho un huequecillo y ya puede pasar un brazo)

Voz:
- Héctor!! (ya tiene medio cuerpo dentro)

Voz:
- Héctor!!! (sólo le falta pasar un pie)

Voz:
- HÉCTOR!!!!!!! (ya está, ha entrado en mi mundo)

Voz:
- HÉCTOR, COÑO, QUE SOY YO!!!!!!
Y ahora el rumor se ha hecho consistente, porque tira de la manga de mi abrigo hacia atrás, haciendo que me gire. Nunca había conocido un rumor tan fuerte, así que, por si acaso, no opongo resistencia.

Voz:
- Ay, perdón, que me he equivocado, lo siento.

Elliot, "el locuaz":
- ¿Eh?

Voz:
- Lo siento, pensaba que eras otra persona.

Elliot, "el locuaz, 2ª parte":
- Ah.

El rumor se va, pero ha conseguido entrar en mi mundo y sacarme a mi de allí: ya estamos al final de la calle.

Y estoy empezando a preocuparme. Me confunden con Eduardo, con Héctor. A ver si voy a ser yo el que está confundido y soy cualquiera de esas personas, menos Elliot.
Hala, ya se me ha quedado el rumor para toda la tarde...

Nos leemos en el siguiente,
Elliot.

No hay comentarios: