30 junio 2006

Cómo sobrevivir a mi (por fin) ex-piso: (1ª parte)

1.- Si tienes que freír algo, véase patatas fritas o una chuleta de carne, dile a tus conciudadanos del piso que desalojen la zona durante una media hora, pues puede que tengas que llamar a los bomberos y alguno de ellos muera de intoxicación.
AVISO: Da igual que pongas el extractor de humos, no hace nada.

2.- Si pones la lavadora, asegúrate de que la puerta está bien cerrada; es decir, introduce tu mano en el cierre y saca una plaquita hacia afuera. Ahora no me entiendes, pero seguro que si lo haces, me darás la razón.
AVISO: Asegúrate de que haces esto, si no, puede que digas: "La lavadora no funciona", pero sí que funciona.

3.- Cuando vayas a fregar los cacharros, no te asustes si el fregadero no traga. Con tal de que tengas un poco de cuidado en que el agua no desborde, no hay problema, está cien por cien asegurado que cuando regreses a la hora de la cena (unas seis horas después) ya no quedará ni rastro del agua con lavavajillas del mediodía...
AVISO: Puedes utilizar el desatascador, pero ten cuidado porque el agua sale de la rejilla situada en la parte alta del fregadero, por lo que te aconsejo que te quites pulseras y relojes si no quieres que se te llenen de agua con... cosas.

4.- El salón es en realidad una fábrica de crear pelusas. Da igual, no te asustes, te acabas acostumbrando e incluso puede que hagas buenas migas con ellas. Creo que alguna vez me han llevado los platos a la cocina después de comer...
AVISO: No te vuelvas loco/a preguntándote de dónde salen tantas aunque acabes de limpiar, ellas son así, y les acabas cogiendo cariño...

Fluffy, Puffy, Muffy, os echaré de menos, niñas.

5.- La lámpara de pie que hay junto al sofá no se apaga nunca, así que, si pretendes tener una bonita luz por la noche, asegúrate de que la desconectas del enchufe cuando te vayas a acostar.
AVISO: Si no lo haces la lámpara seguirá con su zumbido mortal y una tenue luz iluminará todo el piso.


Continuará...

Nos leemos en el siguiente,

Elliot.

28 junio 2006

Necesito gafas

Con urgencia, desde luego.

Estoy llegando a casa.
En la plaza que hay justo al lado de mi cueva veo que se dirige hacia mí una persona que se parece muchísimo a una de mis compañeras de piso.
Obviamente, la miro un poco más detenidamente para no meter la pata, pero está hablando por teléfono y no levanta la cabeza.
Pero, no sé, quizá la ropa, quizá las gafas de sol, quizá la forma de caminar, me hacen convencerme de que es ella.
Sí, definitivamente. Es, digamos, Ana.

Por supuesto, hemos llegado a un estado de confianza que no puedo simplemente saludarla, así que me dispongo a hacerle un saludo al más puro estilo Elliot: estilo MANDRIL.
Como no tengo muchas cosas con las que darle el saludo, coloco mis manos en forma de boca de cocodrilo y empiezo a moverlas arriba y abajo poniendo cara de cocodrilo mientras tanto.
Ahora me doy cuenta de que no tengo ni idea de cómo es poner cara de cocodrilo, así que no sé qué cara le puse!!!!

Y cuando estamos a punto de chocarnos, me voy fijando en que no me mira de la forma que esperaba. No se pone a hacer el mandril como yo y eso me asusta un poco.

Hasta que me doy cuenta: NO ES ANA, pero vamos es que ni se le parece.
Así que intento disimular como puedo chocando mis manos como si aplaudiera y dejando de dar saltitos estúpidos en plan Heidi.

Sonrío para disimular y hago como que saludo a alguien detrás de esta chica que NO ES ANA. Para mi desgracia la chica que NO ES ANA se gira para verificar que detrás hay alguien, pero claro, es mentira, así que la chica que NO ES ANA, se agazapa un poco en su teléfono móvil y creo entender que le dice a su contertulio algo así como: "Aquí hay un estúpido que va caminando por la calle en plan cocodrilo, me voy de aquí antes de que me haga algo".

Giro la esquina, meto la llave, abro la puerta, subo las escaleras, abro la puerta del piso, atravieso el salón donde están mis compañeras, ANA ENTRE ELLAS, llego a mi cuartucho, cierro la puerta, me tiro en la cama y escondo la cabeza bajo la almohada.

NO SÉ SI REIRME O LLORAR.

Nos leemos en el siguiente, espero que ya con gafas,

Elliot.

PS: No es que me importe mucho hacer el ridículo (no tendría este diario si fuera así) pero en este caso... creo que ha superado todos mis límites.

COCODRILO + ELLIOT =

se admiten toda clase de comentarios...

Nos leemos en el siguiente,

Elliot.

Conversación surrealista

Martes 27 de junio de 2006
Autobús Madrid- Poblado
21: 08

Viajero:
- ¿Cómo va el partido?

Autobusero:
- 0-0, acaba de empezar.

Viajero:
- ¿Y quién gana?

...


Nos leemos en el siguiente,

Elliot.

23 junio 2006

23 años???????

Desde luego, Laura no quería que enseñara esta foto, pero creo que todos sus amigos (??) merecen saber cómo es realmente, juas, juas... Y además, el diario es mío, así que...

PARA TODOS (los amigos de Laura):



En esta foto, acababa de cumplir los 23, era el día de su cumple a eso de las 11 de la mañana.

NO COMMENTS!!!

Nos leemos en el siguiente,

Elliot.

PS: Que sepan que tengo fotos peores de ese día, y no sólo de Laura...








22 junio 2006

"La araña" by Elliot Cronenberg

Cuaderno de Laboratorio, en Lugar Desconocido a 20 de junio de 2006

Me desperté sobresaltado, muchas cosas se amontonan en la cabeza: nueve meses de trabajo metidos en cajas desordenadas, una llamada de mis mentores que no llega, proyectos enviados a laboratorio hace días y que no dan resultados y el calor, que se amontona entre mis sábanas.

Miro el reloj, son las tres de mañana y voy al baño a refrescarme un poco. A la vuelta a mi habitación-laboratorio veo (mal que bien, pues las gafas se quedaron en la mesilla al levantarme) una enorme pelusa justo a los pies de mi cama.

Me agacho a cogerla para tirarla a la basura. No soy muy ordenado, pero sí me gusta ser limpio...
Y cuando voy a llegar a tocarla, mi mano, llena de sudor y electricidad estática de dar vueltas en la cama de los horrores, desprende una sustancia nunca antes estudiada que llega directamente hacia la pelusa gigante.

La sustancia se funde con la pelusa y empieza a salir un humo extraño, que me impide seguir viendo qué ocurre en la pelusa.

Cuando la neblina se disipa.. SORPRESA. La pelusa ha desaparecido y en su lugar aparece...


UNA ARAÑA GIGANTE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Ser arácnido que espero sea la reencarnación de Supermán, para que me pique y me convierta en el mejor científico del país (con beca, a poder ser, gracias MEC - Millonarios Esperando Crujirte-).

Pero no, es una araña común que se dirige lentamente hacia la pata de mi cama.
Sobresaltado, pues no quiero ser devorado por una araña gigante, cojo rápidamente mi zapatilla.
Doy la vuelta para coger mejor ángulo, levanto la mano y me descubro a mi mismo pensando si lo que voy a hacer está bien o la madre naturaleza me castigará de cara a la pared por esto.

Las patas de la araña son más rápidas que yo y pronto despierto de mis ensoñaciones. O ella o yo.
Y lo tengo claro...

ZAS!!!!!!

La araña es destruída, aunque las patas, separadas de su cuerpo, tardan unos segundos en dejar de moverse.

Segundos después, me vuelvo a descubrir a mi mismo investigando al primo de Spiderman. Tan grande como parecía, resulta que su cuerpo no es mayor que la cabeza de un alfiler. Pero sus patas...

En fin, vuelvo a mirar el reloj, son las cuatro y media, me voy a dormir. Mañana tengo muchas cosas que investigar sobre la pelusaraña...

Continuará..."

Dr. Calvin Hobbes

Nos leemos en el siguiente,

Elliot.

PS: Les advierto: MIREN ANTES DE COGER NADA DEL SUELO, for if the flies...

20 junio 2006

"No matarás a la vecina del 5º" (ni a su perro)

Estimada vecina del 5º:

Mis más sinceros respetos, señora, no sólo por vivir 13 escaleras más alto que yo, con lo que debe suponer subirlos con pesadas bolsas de la compra, sino por lo que le ha tocado vivir (más bien con quien le ha tocado vivir)
Sepa usted que su marido fuma, a escondidas; es decir, con premeditación y alevosía y por la ventana. Pero en fin, creo que, compartiendo la cama, el hecho de que fume será uno de sus más leves problemas.
Ya se sabe que el amor es ciego y que nadie te obliga a casarte con un orangután (pobre, orangután claro), pero lo ha elegido usted así que, pida el libro de reclamaciones a quien corresponda...

Pero en fin, la razón principal de mi carta no es expresarle mi más sentido pésame por convivir con quien lo hace, para gustos los colores y para orangutanes... usted.
Sino para, en pos de una mejor convivencia en este edificio, orientarle sobre algunas prácticas suyas que, quizá no sean del todo correctas de cara a los vecinos, concretamente al suyo de abajo, yo.

En primer lugar, algo en lo que quizá no se ha fijado nunca. No todos tenemos estudios universitarios, pero voy a intentar orientarle en el bello arte de la Física. No sé alguna vez habrá hecho la prueba de dejar caer un objeto. Bueno, yo sí, y le puedo asegurar que cae, normalmente hacia abajo (salvo si es un globo y por la electricidad estática se te queda pegado a la camiseta) y si es de cristal se rompe haciéndose añicos (y tu madre te deja la cara así también, o con “d” --> “dañicos” [en aragonés original])
Y tras la explicación teórica pasemos ya a la práctica. Ya creo que ha entendido que lo que cae lo hace hacia abajo, así que, caso práctico:
Si usted, señora de 55 años, ama de casa pues es el orangután el que trae las bananas, y con un perro, sacude la alfombra donde el susodicho perro (mal) vive, pues comparte piso con un orangután, no lo olvidemos, por la ventana... Pregunta: ¿Dónde caen TODOS los malditos pelos y demás... “cosas”?
Respuesta acertada: EN MI VENTANA.
Y, como usted bien sabrá, pues es ama de casa, limpiar es algo que cansa y que, según qué sustancias, pueden ser del tipo nauseabundo o incluso nocivas para la salud. Así que, como hablando se entiende la gente, hágame un favor: DEJE DE SACUDIR LA ALFOMBRA DEL CHUCHO POR LA VENTANA, PORQUE ESTOY A PUNTO DE HACERME OTRO CHUCHO PARA MI CON LOS PELOS DEL SUYO.
Además, yo, que suelo hacer la colada de vez en cuando, suelo dejar la ropa tendida para que se seque. Sí, ya sé que es una estúpida costumbre, porque si llueve o hay humedad no se seca nunca, cosas de la Naturaleza.
Y sí, mi tendedor está justo debajo de la ventana donde usted sacude la alfombra de su perro.
Y como ya hemos aprendido la lección, pregunta: ¿Dónde se quedan los pelos de su chucho?
Repuesta: Pues sí, EN MI ROPA. Y como la ropa suele estar húmeda, no sólo no se van, sino que se quedan incrustados. Y le aseguro que no es muy agradable, ni oler a chucho todo el día, ni encontrarme los pelos en los bolsillos.
Pero no sólo caen hacia abajo, hacia mi ropa cuando está tendida, sino que, los pelos de los chuchos suelen pesar poco, por lo que corre la más mínima brisa (que no sé porqué se dice esto porque creo que nunca he visto “correr” al aire...) los pelos y demás sustancias viajan por todo el espacio y, como mi ventana es el lugar más próximo, suelen volar hacia ella con frenética pasión. Como consecuencia, si me ventana está abierta (como ocurre en el 99% de los casos, salvo si llueve u oigo que sacude usted la alfombra) TODOS los pelos y demás sustancias llegan hasta el interior de mi habitación. Obviamente se suelen posar en lo más cercano, pues los pelos no llevan motor incorporado y la brisa no suele durar eternamente. ¿Y qué tiene los pelos lo más cercano posible para posarse? Mi escritorio, donde últimamente pasaba el 80% del tiempo (estudiando o haciendo Sudokus, eso no es asunto suyo) y donde suele descansar mi ordenador.
Y de verdad, ni a mis libros ni a mis apuntes ni a las teclas de mi ordenador les he echado crecepelo para que juntos puedan hacer los disfraces de la tercera parte de “El planeta de los simios”, donde, de paso, recomiendo a su marido-orangután que se presente, Zirius estará encantado de tener un doble...

Para terminar, decirle una pequeña cosita más. Entiendo que, siendo mujer, necesite sentirse guapa de vez en cuando (tela) y para ello se emperifolle con sus más engalanadas ropas y sus más aparentes zapatos.
Eso está muy bien, pero una vez que llega usted a casa debe recordar que tiene vecinos cuyo techo es precisamente su suelo y que, lamentablemente, no tiene un grosor de más de 10 o 15 centímetros. Consecuentemente, si usted pisa con garbo (morena) llevando todavía los zapatos de tacón que ha llevado por emperifollarse, el sonido llega hasta abajo (como las cosas que caen) con un toque de eco que hace que los tacones parezcan el Séptimo de Caballería.
Así que, por lo que más quiera (y espero sea su perro), cuando llegue a casa, descálcese, por su bien ya que sus pies estarán más libres, sin dolores y con comodidad; y mis oídos estarán más libres, sin dolores y con comodidad. (E incluso puede que oiga lo que están poniendo en la tele)

Sin más, agradecerle la atención prestada y convidarle a que, si tiene alguna duda con respecto a lo citado anteriormente, póngase en contacto conmigo, pues le espera una ración de taconeo indiscriminado y una montaña de pelos de la que no podrá salir jamás.
Por cierto, la factura de la ropa que tuve que comprar porque la otra se iba sola debido a los pelos y las sustancias de su chucho, se la enviaré vía correo postal, ya que NI SIQUIERA TIENEN INTERNET (y mucho menos sin contraseña, claro)

Atentamente,

su sufrido vecino,

Elliot.

"No matarás al vecino del 5º"... (pero no por falta de ganas)

Estimado vecino del 5º:

Ante todo quiero expresarle mi más sincera enhorabuena por vivir un piso por encima de mí. Si ya 66 escaleras son una seria dificultad cuando se sube la compra, no me quiero imaginar lo que es subir un piso más...

El motivo de esta misiva es recordarle que no vive usted solo en el mundo y, mucho menos, en el edificio donde nos ha tocado vivir (espero, por mi bien y por el bien de mis caseros, que por poco tiempo)

Buen señor, me parece muy bien que usted haga con sus pulmones lo que quiera, para eso son suyos, por lo que el acto de fumar en su casa es del todo lícito. Ahora bien, si su mujer no sabe que fuma y por ello lo hace a escondidas y por la ventana, no creo que deba pagarlo yo teniendo que limpiar cada mañana SU ceniza de MI alfeizar.
Le aseguro que no es plato de buen gusto y que más bien me produce ciertas náuseas, pues sea todo dicho, soy un no fumador empedernido. Y la verdad es que no tengo ni tiempo ni malditas ganas de limpiar cada día sus excrementos tabaquiles. Los pulmones son SUYOS, pero la ventana es MÍA, así que CÓMPRESE UN CENICERO.

A consecuencia de su malsano hobbie (Word no para de ponerme “Cobi”) le he notado que “carraspea ligeramente” por las noches. Lógico. Fumar es una actividad que corrompe sus pulmones y éstos, en acto vengativo, le impiden la entrada de oxígeno. ¿Ha entendido cómo funciona? Bien, porque lo que no voy a tolerar es que SU problema con SUS pulmones se convierta en MI problema y MI sueño.
Si sus pulmones cobran peaje al oxígeno para pasar, lo siento mucho, pero no deberíamos enterarnos TODOS los vecinos del edificio. Le aseguro que el pago que hace usted por la entrada de aire es demasiado elevado, sobre todo en decibelios. Así que, si usted, que tiene todo el derecho a fumar en su casa, tiene la maldita costumbre de querer respirar por las noches, oiga, o va a un médico para que le ponga un silenciador o insonoriza la habitación, pero YO TENGO DERECHO A UN SUEÑO REPARADOR Y NO A UNO QUE VA CADA TRES SEGUNDOS ENTRE RONQUIDO Y RONQUIDO.

Bien, creo que las cosas han quedado por fin claras y que, a partir de ahora, nos vamos a entender mejor porque... SE DÓNDE VIVES!!!
Y si por lo menos tuvieras WIFI...

Atentamente,

Elliot.

PS: Si tiene alguna duda o problema con lo anteriormente citado, no dude en contactar conmigo, estaré encantado de poder explicarle las consecuencias que acarrean sus hobbies (que no “Cobis”) en mi vida diaria.

PS: Le advierto (que no amenazo) que he estado guardando TODA la ceniza que caía en mi ventana y que hay dos cubos, así que, usted mismo...

Elliot.

19 junio 2006

HE VUELTO

Siento mucho haber desaparecido así, sin dejar una huella, pero es que han venido muchas cosas precipitadamente a mi vida y no he tenido tiempo de avisar.
Pero ya he vuelto.
Espero que no me hayáis echado mucho de menos, aunque tampoco estoy seguro de si esto lo lee alguien...
En fin, sea como fuere, espero estar a su disposición en muy poco tiempo, y tener cosas que contar a este, nuestro diario...

Me voy a dormir, que las vacaciones han sido agotadoras, jaja.

Nos leemos en el siguiente, que espero sea muy prontito,

Elliot.

05 junio 2006

Cosas que fastidian 4

Malditas Indecisiones... Siempre llegan cuando menos se las espera uno, como los sustos o esos "amigos" que no te quieres encontrar...

Domingo, cuatro de la tarde, un sol infernal y yo camino del tren.
Cuando todavía queda un trayecto considerable veo que viene el tren que debo coger; en un primer momento oigo a mi cerebro:

- Pufff, passssa, tío, que está mu lejos y hace demasiao calor pa correr. Ya llegará otro.

(NOTA: mi cerebro está un poco derretido por el calor)

Pero, de repente, ZAS: ¿una mosca?, ¿una rana (que anda detrás de la mosca)?, ¿supermán?...
Nooooo, INDECISIÓN comienza a hablar:

- Pero si corres un poquito, seguro que llegas y no tienes que esperar, que es algo que no te gusta nada.

Cerebro:
- Sí, bueno, eso es verdad, pero... se está parando el tren en la estación (no va a parar en la tienda de chuches..) y aún nos queda. Y debemos estar a cuarenta grados.

Indecisión:
- Psé, es cierto, ¿pero te imaginas llegar al tren y sebtarte tranquilamente a descansar con el aire acondicionado?

Cerebro:
- Jo, pues eso sí que sería estupendo, y llegaríamos antes...

Indecisión:
- Y no tendrías que esperar en un banco a cuarenta grados a la sombra.

Cerebro:
- ..., mmm, ... no sé..., correr o esperar (This is the question, ¿sure?) ... Buff, difícil... aire acondicionado, calor...

Indecisión:
- Bueno, tú mismo.

Cerebro:
- Jo, a ver... correr + cansancio= aire acondicionado ó caminar + esperar SIN aire acondicionado!!!!!! Elliot????????? CORRE, TÍO, CORRE!!!!!!!!!!!!

Y voy yo y después de tan interesante conversación, me pongo a correr como un loco, sacando el billete a la par que mis piernas suben las escaleritas de la estación...
Ahí está el tren, Vamos, Elliot, que tú puedes!
El billete entra y sale, lo cojo.
El tren va a cerrar las puertas y cuando paso al otro lado, las puertas se cierran y el tren se pone en marcha. Y me quedo con un palmo de narices (otra vez, debo ser el ser con más narices del mundo) a escasos centímetros de la ventana de un tren que va cogiendo velocidad...
BUAAAAAA!!!!!!!!!!!

Cerebro:
- Maldita Indecisión.

Indecisión:
- Jaja, por los pelos, si es que ya te lo había dicho con antelación, pero...

Para más inri(queta), viene su primo Sentido común y se suma a la conversación:

Recochineo, digo, Sentido común:
- Y encima, te quedas a esperar, con lo que te gusta, en un banco a cuarenta grados a la sombra, cansado por la carrera (bastante inútil, por otra parte) y sin aire acondicionado!!!!!!!


Nos leemos en el siguiente,

Elliot.

04 junio 2006

Yo también...

Madrid, 22 horas, domingo.
Hace buena noche y por eso me voy andando hasta el tren (por eso y porque se me ha olvidado comprar billete y no llevo dinero suficiente encima).
En el camino, un tipo que parece un hooligan, pero con cara del amigo gracioso me pregunta:
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
A lo que pienso, "ya serán dos cuando la hagas, pero en fin..."
El tipo se me acerca y me dice:
"Mira (mientras saca un DNI), es que yo soy de las islas Canarias (y yo de...) y me tengo que ir a Barcelona... (y yo a mi casa, sea ésta cual sea) Así que... (tanto punto suspensivo me desquicia) ¿NO te importaría darme 20 céntimos para el autobús?"

Y me quedo mirandolo un rato, hasta que despierto y le digo que no, que por no llevar, no llevo ni la hora (se me ha vuelto a parar el reloj y le cambié la pila la semana pasada, qué estafa)
y me voy...

Pero me pongo a pensar... (es lo que tiene aburrirse por el camino por falta de visión nocturna, y diurna, que uno sin gafas...) "¿20 céntimos?, ¿Dónde pensará éste que va con 20 céntimos, si las bolitas que venden los chinos en Sol ya cuestan dos euros (qué estafa las bolas esas, oigan)?"
Alma cántaro el canario (no de pájaro, aunque también un poquillo, sino de la isla) también, 20 céntimos, 20 céntimos...

Pero claro... si yo le hubiera dado 20 céntimos y el resto de la gente que había en sol sí se los ha dado... haciendo cuentas...

...
...
...
...
(y muchos más puntos suspensivos, para que se vea que pienso y sé hacer cuentas...)
MAÑANA MISMO ME PONGO A PREGUNTARLE A TODO EL MUNDO SI ME DAN 20 CÉNTIMOS, QUE YO UN BILLETE A BARCELONA NO, PERO UN COCHE, AUNQUE SEA DE SEGUNDA MANO...

Nos leemos en el siguiente,

Elliot.

03 junio 2006

Cosas que fastidian 3

Sábado por la mañana, ocho y media. Me levanto para intentar estudiar con el fresquito, pero primero, el desayuno.
Nada, algo fácil, pero que me alimente: un zumo de naranja recién exprimido.

Abro la nevera, saco las naranjas, cojo el exprimidor (manual, por supuesto, ¿cómo vamos a tener uno eléctrico?, y saco un cuchillo del cajón (jaja) para abrir las naranjas...

Corto una, bien, pero como a mi siempre me ha gustado jugar con el riesgo (aunque sea controlado), no me doy cuenta de dónde estoy cortando las naranjas hasta que es demasiado tarde.

Corto la segunda cuando veo cómo la parte que no sujetan mis dedos rueda (las naranjas suelen ser redondas) por el mostrador de la cocina... Tres angustiosos segundos en los que veo cómo la media naranja se desplaza de un lado a otro, como a cámara lenta, en un ralentí propio de CSI.
Mi cabeza va diciendo: "No, no, no, no, nooooooooo" y mi cara parece la de este tipo/a --->


Pero el rozamiento, la velocidad y la ley de la gravedad se han encargado de la tragedia, mi media naranja ha sucumbido a la presión y ha caído de la encimera. PLOFF

Por si fuera poco, para variar y para hacerle caso a Murphy (que si alguien le conoce, por favor, que le dé una paliza de mi parte) "Si una cosa puede salir mal, saldrá mal", porque...
¿qué hay justo al lado de la encimera?

Pues sí, el cubo de la basura.

Así que me he quedado con un palmo de narices, mi media naranja en la basura.

Y yo, sin zumo.

Nos leemos en el siguiente,

Elliot.