15 abril 2008

QUÉ AMABLES

Ayer, en mi periplo para lograr hacer ciento y un recados en una sola tarde, me topé con varias personas muy amables.
En la biblioteca que no era biblioteca, en el quiosco de chucherías (sólo fui a preguntar, lo prometo, ejem), en la estación de tren, en la piscina...

Fue una tarde realmente agradable. Maravilloso encontrarse a tanta gente que te soluciona cosas con una sonrisa en la cara.
Tanta fue la energía positiva que me transmitieron que, en el último autobús que cogí ayer por la tarde (tras una hora des-esperando) se me contagió esa alegría amabilística y cedí el asiento en un par de ocasiones.
Pero la última...

Subió la señora, no había asientos libres e hicé un ademán de levantarme porque vi que estaba embarazada. Pero la volví a mirar y me entró la duda:
¿está realmente embarazada o sólo está rellenita?

Lo siento, no quise que me ocurriera lo mismo que la otra vez (véase: Por ser educado) así que bajé la mirada hasta el subsuelo y más allá (creo que vi hasta australianos) y me quedé en mi asiento...

Me sentí culpable un ratillo y cuando llegó mi parada me bajé corriendo...

Soy amable, de verdad, pero es que es tan fina la línea entre la amabilidad y la tontería...

Embarazo o sobre peso, this is the question.

Nos leemos en el siguiente,
Elliot.

13 abril 2008

ASIENTOS ASESINOS

Camino de clase en autobús. Podría ir andando, pero llueve y no llevo paraguas desde hace años (así me va).

Para entender esta historia hay que anotar que ese autobús tiene los asientos de plástico, como todos, dirán, pero no, algunos tiene una especie de almohadilla para el culo. Este no, en este vas directamente sentado en plástico. Y puede parecer una tontería, pero es vital que lo sepan para lo que viene a continuación.

Estoy tranquilamente leyendo un libro cuando sube una Señora no muy mayor de estatura pero sí de circunferencia. Principalmente, de cintura para abajo.
Se va a sentar en un asiento que va contrario a la marcha y que tiene enfrente otros dos asientos, ambos ocupados en esos momentos.

La Señora, despacio para no caerse, deja una bolsa en el suelo y levanta una pierna. Coge la bolsa y levanta la otra pierna para dejar la bolsa entre ambas piernas. Y ese preciso instante en que su espléndido (y extendido) Señor Culo toca la superficie del asiento, es el que elige el autobusero para frenar.

Al ser el asiento de plástico, (clave del asunto) Culo de Señora, y detrás Señora, se resbalan hacia delante. Y como lleva la bolsa agarrada con las dos manos, no puede hacer otra cosa que dejar paso a la inercia y acabar con la bolsa, las piernas, la cara, el Señor Culo y el resto del cuerpo, empotrado contra las dos señoras que, tranquilamente, viajaban en los asientos de enfrente. Convirtiéndose las tres señoras, la bolsa y el Señor Culo en un amasijo de "Ays", "Cuidados", "Perdones" y demás carne con el que nos deleitan al resto de pasajeros que, por obvias razones volumétricas, no podemos apartar la mirada.

Y puede que me haya vuelto malo, o simplemente soy menos cínico y falso que el resto del mundo (por lo menos el que viaja en ese autobús en ese momento), pero yo no consigo reprimir una carcajada.

Las señoras implicadas en el asunto tratan de recuperar su estatus original (y su dignidad, en parte) y yo continúo riéndome. Lo siento, pero no lo puedo evitar. Hasta que sus caras me miran y se me corta la risa de raíz.

Menos mal que llega mi parada. Cuando estoy bajando las escaleras, veo cómo otros pasajeros siguen mirando a las Tres Señoras tratando por todos los medios de no soltar la gran carcajada. La sonrisilla les delata. Pero no saben lo que han perdido al no reirse a gusto en el momento.

Yo, aún tengo la carcajada en la boca cada vez que me acuerdo del cuadro.

Con huelga y todo: VIVA EL TRANSPORTE PÚBLICO!!!

Nos leemos en el siguiente,

Elliot.

10 abril 2008

El contenedor más lejano del mundo

Aún no nos conocemos el barrio nuevo. Y aunque empezamos a saber dónde están las tiendas y dónde los autobuses, todavía no hemos localizado ciertas cosas como, por ejemplo, los contenedores amarillos.

Así que, salgo de casa, rumbo al trabajo, con una bolsa llena de desperdicios de plásticos para reciclar.

Malo será, pienso, que de aquí al tren que tengo que coger, no me tope con ninguno, la calle es muy larga.

Diez minutos más tarde de ese pensamiento me veo sentado en el tren con una bolsa de plástico pegada a mi mano.

Bueno, malo será que donde tengo que coger el autobús no me encuentre con un contenedor amarillo...

Y aquí nos vemos de nuevo, en un asiento de autobús, con una bolsa de plástico llena de ídems, en mi mano derecha.

Estoy a escasos metros de la entrada del trabajo y pienso, no creo que dé muy buena impresión si entro a la oficina con la bolsa de plástico de plásticos en la mano. Pero, oh!, sorpresa, a un par de metros veo un contenedor de vidrio, junto a uno de papel, JUNTO A UNO DE PLÁSTICOS.
Buf, menos mal, pienso ya en mi silla del trabajo, aún volvería al punto de partida con la bolsa de plásticos en la mano...


Nos leemos en el siguiente,


Elliot.

03 abril 2008

MUDADO

Esta noche, a las once aproximadamente, Laura y yo seremos nuevos inquilinos de una casa que tiene muchas posibilidades de ser lo mejor.

Después de dos días de angustiosa decisión y cinco de penosa mudanza, por fin, cuando salga de trabajar y llegue a casa, me encontraré con mis nuevos compis, mi nuevo cuarto, mi nuevo edificio, mi nueva calle y la Laura de siempre, que no todo van a ser cambios...

Reconocemos que nos da miedo el cambio, pero estos casi dos años en el ya ex-piso nos ha servido para madurar (más o menos). Aunque haremos caso de Laura y su frase: "Todo cambio es siempre a mejor". Estoy con ella.

Gracias a todos por el apoyo, por la recomendación, por las energías y por todo el cariño que hemos recibido siempre.

Decimos adiós a una etapa y hola a una nueva que tiene muy buena pinta.




Disculpen que no haya actualizado nada desde hace semanas, pero la mudanza requiere un diario entero aparte...

Nos seguiremos leyendo, por supuesto, pero contestaré y seguiré apuntando notas en este diario, desde un sitio nuevo, mejor, más grande, más habitable, más agradable, más céntrico y con ascensor!!!!!

Nos leemos en el siguiente,

Elliot.
PS: Mañana Laura se gradúa. Ella no lo quería decir, pero ahora que no me ve, jeje.