09 agosto 2007

Elliotmir Szpilman "El pianista"

No sé si han visto la película "El pianista", pero no les delataré nada si les cuento que en una escena el protagonista consigue una lata que no consigue abrir. Bien, sabiendo esto ahora comprenderán un poco más el título de esta página...

Pero voy a empezar la historia desde el principio.

Hace tres meses (YA!) fue el cumpleaños de Laura y como es una fecha muy especial para ella decidimos entre los dos hacer una comida especial: ENSALADILLA A LO LAURA; es decir: ensaladilla normal más toooodo lo que se les ocurra, o más bien, todo lo que haya en la nevera (desde piña pasando por manzana, nueces, jamón, ketchup, yogur, etc, etc --> esto todavía no sé lo que és...)

Y como mini regalo de cumpleaños compramos un bote de aceitunas gigante.

Ahí estábamos los dos, preparando semejante plato y esperando que llegara la hora de comer para poder disfrutarlo. Pusimos todos los ingredientes en el bol y dejamos las aceitunas para el final...

Llegó el final y... dejamos las aceitunas. Punto.

Media hora, MEDIA HORA, es lo que estuvimos intentando abrir el maldito bote de aceitunas! Pero aquello se resistía y se resistía y de pronto me acordé de "El pianista".

Yo no tenía tanta hambre como él, pero desde luego la impotencia y la rabia la compartimos.

Dándole golpecitos en la base, mojándolo, escurriéndolo, haciendo palanca con un cuchillo, con dos. Nada, imposible abrir aquel bote.

Claro, después de semejante esfuerzo la ensaladilla estaba riquísima, pero se nos quedó un sabor agridulce. ¿La piña, la manzana? NO, las aceitunas! O, mejor dicho, la falta de ellas.

Y esta historia no tendría más importancia ni la más mínima gracia si no fuera porque ayer, ayer 8 de agosto, me quise hacer una ensaladilla a lo Elliot; es decir, abrir la bolsa y comer. Y me acordé de las aceitunas. Abrí el armario para sacar una lata de atún y se me cayó un paquete de pasta. Cuando lo fui a poner de nuevo en su sitio, el corazón me dio un vuelco.

Detrás de los macarrones, ¿qué había?

EL INEXPUGNABLE BOTE DE ACEITUNAS, que, por cierto, sigue sin abrirse...


Nos leemos en el siguiente,

Elliot.