15 diciembre 2008

24 estupideces por segundo

Si empiezas el día pensando que la pared está en el lado contrario al que realmente está, preparate para lo peor. Como así ha sido.
Así, al minuto cinco del día ya tengo un moratón estupendo en el codo. Y me meto en el baño más por inercia que por otra cosa.

Me voy a clase y voy a la parada porque, obviamente, llegamos ya tarde.
Menos mal que el autobús llega pronto. Me subo y es cuando visualizo un post it gigante en mi cabeza que pone: ELLIOT, HOY NO TE PUEDES OLVIDAR EL MÓVIL PORQUE TE VAN A LLAMAR. Y acto seguido, visualizo el teléfono en ¿mi mochila? No. En el cajón de mi mesa. ¿Dónde sino?
Pero no hay tiempo de volver. Y sólo son las nueve de la mañana...

Llego a la parada donde tengo que coger el siguiente autobús. Para pasar el rato, leo un periódico que hay tirado en la parada. Sólo hay deporte, así que no me interesa demasiado. Pero me pregunto por qué hay sólo deporte si el fútbol se juega en domingo. ¿No debería haber salido ayer lunes? Miro la fecha del periódico. Lunes, 15 de Diciembre de 2008. Voy a la repartidora de periódicos y le pregunto si me puede dar uno de hoy. Me lo da. Y es exactamente igual que el que llevo en la otra mano.
Vale, hoy entonces, NO es martes. Es lunes.
Bueno, son sólo las nueve y cuarto de la mañana, más vale enterarse ahora.
Vale, pero los lunes NO tengo que ir a la universidad, sino a la Escuela de Idiomas. ¿Y dónde estoy? Eso es, en la cola del autobús que me lleva a la universidad, donde NO tengo que ir hoy porque es lunes y NO martes.

No pasa nada, Elliot. Salte de la cola despacito, sin que se note mucho. Y vete a la Escuela de Idiomas que, a pesar de que has salido una hora antes de lo que deberías, vas a llegar tarde igualmente.

Claro que cuando llegas a una clase de idiomas, con los apuntes de las clases de la universidad, mucho no puedes hacer. Pero que no se diga, que para eso somos de norte.

Volvemos a casa (y ya no quiero salir nunca más) y son sólo las dos de la tarde. No sé si irme a dormir ya y dejar que este día acabe rápido. Pero el hambre puede más y me voy a la cocina a preparar algo.

Abro la nevera y, sí, no hay nada muy comestible. Porque como soy así, se me olvidó sacar las cosas del congelador ayer por la noche para que hoy se pudieran cocinar.
Miro en el armario, hay macarrones, comida solucionada.
Me preparo la pasta y cuando voy a darle vuelta para que no se pegue, no encuentro la cuchara de madera. Reviso de arriba a abajo toda la cocina, pero no aparece. Así que lo hago con un tenedor. Bueno, que todos los problemas sean esos...

Y entonces me doy cuenta. Para poner la olla en el fuego, he tenido que quitar una sartén que estaba en medio.
¿Y qué había dentro de la sartén?
La cuchara de madera.
Y si hubiera estado en una cacerola con tapa, pase, pero es que estaba en una sartén, que NO tiene tapa.

Macarrones listos y comidos (son las tres de la tarde, este día se me está haciendo muy largo)
Voy a recoger la cocina. Tiro los desperdicios del plato y ¿para qué quedarme en los desperdicios, si puedo continuar tirando los cubiertos? Allá que van.
Lo más triste de todo es que no me doy cuenta hasta que voy a fregar y me asalta la duda: ¿He comido los macarrones con las manos? No recuerdo haberlo hecho así, pero si no lo he hecho así, ¿dónde están los cubiertos?
En la basura, por supuesto.

Y para que el día no note nuestra presencia, me voy a mi cuarto a prepararle el regalo de la madre de Laura. Que ya que nos acoge en su casa siempre con los brazos y la nevera abiertos, qué menos que llevarle un regalillo para estas navidades.

Laura me ha dicho que le gusta mucho una cantante, así que le he grabado el disco. ¿Qué creían, que lo iba a comprar?
He grabado el disco y como no me funciona muy bien el ordenador, decido comprobarlo en el radiocasette de Laura.
Vale, no se oye nada.
El radiocasette funcionaba esta mañana, así que el disco no se ha grabado bien.
Vuelvo a intentarlo.
Vuelvo a comprobarlo y el nuevo disco vuelve a no oírse.

Lo regrabo, es decir, lo reregrabo y dicen que a la tercera va la vencida. (¿La vencida de qué?, me pregunto)
Lo pongo en el radiocasette y...
NADA.
Empiezo a darle golpecitos al radiocasette. Como si eso fuera a ayudar en algo, pero es que esta mañana funcionaba.
Pongo la radio, pero tampoco se oye. Me mosqueo.
Y entonces mi neurona se despereza y me da un toque: ¿Y si pruebas a subir el volúmen?
Efectivamente.
Claro que no se oía. Como que el volúmen estaba al mínimo.
Y así nos podíamos tirar tres días, por decir algo.

En serio, son las cinco de la tarde. Ya no puedo más.

Nos leemos en el siguiente (si es que me levanto),
Elliot.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres unico!!!!( que cosas descubro a estas alturas jajaja)

Laura Marta dijo...

Venga ya, eso sí que no me lo creo.
¿En serio no os ha pasado nada de lo que me pasó a mi ayer, Mr Jarque? No puede ser. Vale, supongo que todo el mismo día, no, pero... seguro que algún día así ha tenido alguna vez.
Y esta es una buena oportunidad de compartirlo... :o)

Nos leemos,
Elliot.

Anónimo dijo...

Jajaja, uno de los mejores post ever!!

Tantas cosas en un día, seguro que me han pasado, aunque ahora no me acuerdo... Esta semana: dormirme (con el despertador), volver a dormirme en el tren y pasarme de parada, olvidar lo que tenía que hacer en el PIC, ir a propósito a casa a por algo que había olvidado y volver a salir sin eso, ir a devolver una peli a la biblioteca y llevar sólo la carátula porque el DVD está dentro del portátil, despistarme y dejar que el arroz se me queme (ayer sin cena y hoy sin comida), usw...

Te veo en la comida? Y nos echamos unas risas...

Nos atochamos,

Mj

Laura Marta dijo...

Lo tuyo también es atochante, MJ.
Aunque tengo que reconocer que días como éste, en mi caso, no son muy difíciles de encontrar.

Podía haber sido peor, podías haberte quedado dormida en el PIC, pasarte con el arroz no de parada y devolver el portátil, sin la carátula.

Aún tengo el sabor del muffin en la boca, y aún se me cae la baba...

Nos leemos,
Elliot.

Mj dijo...

Mmmmmmm... muffin....

Mil gracias, Elliot, no lo olvidaré!!

FELIZ NAVIDAD!!

Laura Marta dijo...

Leo tus palabras y te veo salivando tipo Homer Simpson.
Es lo que hacen los muffins...
¿Cuándo nos vamos a comernos uno a Londres?

FELIZ NAVIDAD Y POR UN 2009 LLENO DE MUFFINS DE CHOCOLATE!!!!!
2009 muffins, mmmmmmmmmm...

Nos leemos,
Elliot.