12 octubre 2008

¿Por qué Elliot cruzó la carretera?

Tengo que leer un texto para la primera clase.
Queda media hora y NO he leído el texto. Pero bueno, como me queda todo el trayecto en el autobús no hay problema.
Hace buen día y en la parada no hay nadie esperando, así que mi autobús acaba de pasar. Perfecto, más tiempo para leer.
Me siento en el banco, abro la mochila y saco las hojas del texto.

Al cabo de media página, veo que mi autobús está en el principio de la calle.

Me preparo para cogerlo.

Dejo las hojas en el banco.

Unas nubes tapan el sol.

Me pongo la cazadora.

Un escalofrío recorre mi espalda por una leve brisa que se está levantando.

Abro la mochila.

Una ráfaga de viento se lleva las hojas.

Mi boca se abre.

El autobús está a diez metros.

Me levanto corriendo a por las hojas, que ya están por la carretera.

El viento sopla más fuerte ahora.

La mochila en la parada, yo detrás de las hojas por la carretera, el autobús esperando en el semáforo a diez metros de la parada.

La mochila en la parada, yo en mitad de la carretera con las hojas, el autobús en la parada.

La mochila en la parada, yo en mitad de la carretera con las hojas, el autobús se va.

La mochila en la parada, yo en mitad de la carretera, esperando poder cruzar de nuevo al otro lado.

La mochila en la parada, Elliot en la parada, las hojas en la mochila, he perdido el bus.

La mochila en clase, Elliot en clase, las hojas en la mochila, no he leído el texto.


Nos leemos en el siguiente,
Elliot.

3 comentarios:

Cristina Serrano Acosta dijo...

Madre mía! eso es tensión y no lo que hacía hitchcock. Aunque claro, leyendolo cómodamente desde mi ordenador no puedo hacer otra cosa más que reirme.
Enhorabuena por tu blog, Elliot!
El hombre de las gafas.

Laura Marta dijo...

Sí, todas las cosas parecen más fáciles, más divertidas y menos peligrosas desde la seguridad del ordenador.
Pero le puedo asegurar, mi querido Mr. Bennet (alias "Hombre de las gafas"), que aquellos coches en esa carretera a esas horas de la mañana, eran de todo menos divertidos.
Tenía más miedo de que me comieran de que me atropellaran. Así estaban los coches (y no digamos los conductores...)

Gracias por las enhorabuenas.
Últimamente el blog está teniendo buenas críticas.
Menos mal que está Laura para que no se me suba a la cabeza...

Nos leemos,
Elliot.

Laura Marta dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.