20 abril 2006

"Yo confieso"

Debido a la tremenda presión que han ejercido dos personas muy cercanas a mi (pongamos Mary y lamary) no me ha quedado más remedio que confesarlo:

¡SOY UN RANICIDA! ¡HE COMETIDO UN RANINATO! Y aquí va mi declaración:

"Era un verano caluroso, en un pueblo perdido del Pirineo aragonés, caminaba por la ribera de un río, en una bonita excursión. Tan entretenido iba viendo el paisaje que no me di cuenta de por dónde pisaba.
En esto mi pie choca con algo blando. Vaaale, confieso que más que chocar, lo que hizo mi pie (no yo) fue notar algo debajo que no eran precisamente piedras de río...

No llegué a pisar del todo pues pensé que podía ser algo un poquillo asqueroso (servidor ¿parece?/¿es? tonto, ya lo sé, pero es un tonto más urbanita que rural) y miré primero hacia abajo, lentamente, como en las películas...

Y ahí estaba: ¡UNA RANA! Una rana justo debajo de mi pie.
Y yo pensé: "¿A quién se le ocurre ponerse debajo de una suela de zapato?" Que mira que hay que ser tonto, pero como parece ser que aquí el único tonto soy yo... Pues no dije nada. Por eso y porque estaba solo en mitad de un paraje y uno es tonto, pero no habla con desconocidos, aunque sean invisibles...

Bueno, pues ahí debajo estaba. Verde y marrón, con motitas amarillas, pequeña (aunque, claro, yo calzo un 39...), un tanto repugnante y con una extraña expresión en el rostro. (¿Rostro?) Hasta que la miré bien detenidamente y pude comprender por qué esa extraña expresión.
Jobar, estaba debajo de mi pie, por lo que mi zapatilla estaba ejerciendo cierta presión en su cuerpo lo que hacía que sus ojos se le salieran de sus cuencas más aún de lo normal.

Empezó a moverse bajo mi pie con movimientos espasmódicos, las patas le iban arriba y abajo, pataleando desesperada por zafarse de la trampa en la que ELLA MISMA se había metido. Y sus ojos, pues ahí, ahí estaban...

Y después de todo esto, que en realidad pasó en un milisegundo, me entró el pánico (sí, además de tonto, miedoso) y como no sabía qué hacer y estaba a punto de perder el equilibrio pues acabé pisándola del todo.
SÍÍ, LO HICE, PERO FUE UN ACTO INVOLUNTARIO.

Y lo peor llegó en ese momento, cuando al pisar un poco más fuerte (PERO FUE SIN QUERER) oí un desagradable sonido, como cuando despegas una ventosa de un cristal y cuando bajé de nuevo la vista, ví cómo se le caían los ojos al suelo (PLOP, PLOP) y tras un par de segundos agonizantes (y sin ojos), la rana dejó de moverse.

Y la culpabilidad se mezcló con el miedo.Estaba aterrorizado y solo, viendo ranas sin ojos por todas partes, así que decidí salir corriendo.
Sí, fue un acto cruel, pero he leído que las ranas se comunican por ondas. ¿Y si el desagradable sonido que hizo justo antes de morir eran gritos de socorro y de repente se presentaba el ESR (Ejército Salvador de las Ranas) y me devoraban? ¿Y si aparecía una rana enorme ataviada con una toga y un mazo y me enviaba a la cárcel de las ranas? ¿Y si en realidad esta rana era mi princesa azul (aunque repito que la rana era verde y marrón con motitas amarillas) y he perdido para siempre la posibilidad de amar? ¿Y si dejo de decir tonterías?

Corrí hacia mi casa y no volví a salir en todo el día. Todos me preguntaban qué me había pasado, pero no tuve el valor de contarlo. Fue algo demasiado desagradable y no quería acabar en la cárcel.
Al final lo he confesando porque la presión hacia mi persona era demasiado grande, tengo un dibujo póstumo de la rana que asesiné en la puerta de mi habitación que me grita: ¡No sin mis ojos! y es demasiado para mi, lo siento.
¡LO SIENTOOOO! ¡SOY UN RANICIDA!

He de decir, sin querer justificarme con ello, que no he vuelto al lugar del ranicidio y desde ese día noto que los animales que se arrastran por el suelo me miran mal...

La rana era parecida a esta, por lo que desde aquí, un sentido homenaje a esa congénere que murió sepultada por mi pie y a la que abandoné sin escrúpulos y sin ojos.



DESCANSE EN PAZ

Firma la declaración: Elliot, el ranicida"

PS: No se me olvidará jamás, ya que todo me recuerda ese oscuro momento de mi vida. Por ejemplo, esta mañana, cuando iba hacia clase, he descubierto un ratón muerto en la carretera.

¡¡¡¡¡¡¡PERO YO NO HE SIDO!!!!!

Nos leemos en el siguiente,

Elliot.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ais, que mala sensación me has dejado en la boca del estómago...

Qué cosas te ocurren en Agüero, pueblo en el que SIEMPRE tienes que mirar por donde andas si no quieres pisar las "olivetes"

Laura Marta dijo...

Jo, me siento muy culpable, pero tu conoces los bichos que habitan en Agüero, así que es posible que pueda tener en ti un cómplice de por qué salí corriendo sin detenerme. Qué desagradable espectáculo.
En fin, puedo seguir diciendo que soy tan buena persona que no mataría ni una mosca, PORQUE NUNCA SE HABLA DE LAS RANAS!

Anónimo dijo...

Me ha parecido leer:
"las patas le iban arriba y abajo, pataleando desesperada por zafarse de la trampa en la que ELLA MISMA se había metido"
¿Quéeeeeeeee? No tienes suficiente con asesinar a esa pobre rana en peligro de extinción y cargarte así a la especie que nos hubiese librado de cientos de enfermedades porque algún científico hubiese descubierto que en sus OJOS hay unos minerales capaces de curar hasta la estupidez humana (YO necesitaba esa medicación), y que hubiese desarrollado una rama de la medicina obteniendo el último Premio Nobel de la Medicina porque a partir de ese momento ya no habría nada más por descubrir porque con esa rana todas las enfermedades estarían curadas...
No tienes suficiente con eso, encima lo hicieste con saña y alevosía, y tal vez con premeditación; pero para zafarte de la culpa (y el remordimiento, porque veo que te has autoconvencido) vas y dices que fue ella misma quien se metió debajo de tu zapato.
Desde luego... ¿y a quién se le ocurre confesarlo en un blog? Los de GREEN PEACE van a ir a por ti, que lo sepas...

PD: Sí, yo soy una de las personas que hizo presión... pero sin mala intención, ¿eh? Buen rollo