28 julio 2010

MAKING FRIENDS

No hay nada como hacer amigos por la vida. Y como me gusta hacer que la gente sea feliz, nada mejor que la experiencia de esta mañana.
Iba yo tan feliz escuchando mi música con esos auriculares que solo me dejan escucharme a mi y a mis pensamientos, eso, a mi, cuando suena una de mis caciones favoritas que resume muy bien el momento actual que estoy atravesando: Nothing is gonna change my world.

En esas estaba cuando me paro en un semáforo y me giro. El tipo que tengo detrás de mi me mira y sonríe. Y como si me hubieran pillado en una falta grave, mis ojos se abren e intento disimular lo que no se puede disimular ya, así que le pregunto:

Elliot, disi MULA ndo:
- Estaba cantando, ¿verdad?

Tipo, son RIENDO:
- Sí, jeje.

Así que mi sonrisa se hace más y más falsa hasta que el Tipo pasa por mi lado y me dice:

Tipo son RIENDO:
- Pero me has alegrado el día.

Y la buena obra de la semana está realizada.

Qué bueno es hacer amigos fugaces como éste. Y ya saben: no hay nada como caminar a las cuatro de la mañana por una calle desierta, escuchar tu canción favorita e ir cantando mientras tus pies saltan para no pisar las líneas de la acera al compás de la música. Consejo de Elliot.

Nos leemos en el siguiente,
Elliot Potter.

2 comentarios:

Laura Novo dijo...

qué suerte: por la calle a tí te dedican una sonrisa: a mí me quieren sobar... el móvil :D

Laura Marta dijo...

Era por el ridículo que estaba haciendo porque yo de cantar, cero.
Seguro que me iba a robar y le dio tanta pena mi oído que se lo pensó mejor.
Nos leemos,
Elliot.