Iba yo tan feliz escuchando mi música con esos auriculares que solo me dejan escucharme a mi y a mis pensamientos, eso, a mi, cuando suena una de mis caciones favoritas que resume muy bien el momento actual que estoy atravesando: Nothing is gonna change my world.
En esas estaba cuando me paro en un semáforo y me giro. El tipo que tengo detrás de mi me mira y sonríe. Y como si me hubieran pillado en una falta grave, mis ojos se abren e intento disimular lo que no se puede disimular ya, así que le pregunto:
Elliot, disi MULA ndo:
- Estaba cantando, ¿verdad?
Tipo, son RIENDO:
- Sí, jeje.
Así que mi sonrisa se hace más y más falsa hasta que el Tipo pasa por mi lado y me dice:
Tipo son RIENDO:
- Pero me has alegrado el día.
Y la buena obra de la semana está realizada.
Qué bueno es hacer amigos fugaces como éste. Y ya saben: no hay nada como caminar a las cuatro de la mañana por una calle desierta, escuchar tu canción favorita e ir cantando mientras tus pies saltan para no pisar las líneas de la acera al compás de la música. Consejo de Elliot.
Nos leemos en el siguiente,
Elliot Potter.
2 comentarios:
qué suerte: por la calle a tí te dedican una sonrisa: a mí me quieren sobar... el móvil :D
Era por el ridículo que estaba haciendo porque yo de cantar, cero.
Seguro que me iba a robar y le dio tanta pena mi oído que se lo pensó mejor.
Nos leemos,
Elliot.
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