21 julio 2010

CUCATÓN

Me pasé la tarde hablando de cucarachas con Laura y luego, claro, luego pasa lo que pasa.
Ya he tenido bastantes aventuras referidas a estos simpáticos animales que han aparecido por este diario. Bichos cuya visión, Laura, a fuerza de entrar en contacto con ellos noche tras noche, ya supera sin problemas.

Así que, de vuelta para casa ayer por la noche, caminaba pensando en la célebre frase "los chicles no se mueven". En esas estaba tan tranquilo cuando vi por el rabillo del ojo izquierdo algo que se movía, por lo que deduje que no podía ser un chicle.

Me asusto y salto hacia la derecha mientras el bicho hace lo propio, pero hacia la izquierda. ¿Los bichos estos pueden saltar tan alto?

Claro, será porque no es una cucaracha, sino un ratón. O puede que las cucarachas, al ser tan listas, ya sepan disfrazarse de otro animales menos... menos... cucarachas que ellas.

Nos miramos, nos reímos y nos despedimos.

Al final va a ser cierto eso de que me estoy volviendo un poco topo... como siga así, voy a poder montar mi propio zoo.

Nos leemos en el siguiente,
Elliot.

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