He llegado a casa de Laura para pasar el fin de semana con su familia y nos hemos encontrado con Bolita muy enfermo, tanto que hemos tenido que sacrificarlo.
Bolita es (era) nuestro eterno amigo de la adolescencia, el que daba volteretas, el que se bañaba en su piscinita verde como él, el que venía a picarte cuando acercabas un dedo, pero se asustaba cuando le llevabas una galleta, el que siempre fue igual de pequeñito, el que había que sacar a la terraza a los primeros rayos de luz aunque al hermano de Laura le molestara porque cantaba, el que se dormía en la cocina con una tela sobre su cabeza, el que nunca quiso aprender a hablar por más veces que repitiéramos la palabra "Hola", el que bautizamos con el nombre de Bolita porque parecía eso de pequeño y siguió pareciéndolo hasta hoy, fecha de su desaparición.
Bolita, nuestro amigo.
Lo siento, pero estoy algo afectado.
Nos leemos en el siguiente,
Elliot.
4 comentarios:
Sniff, mi más sentido pésame, amigo Elliot... Yo también sé qué se siente al perder una mascota que llegó a ser parte de la familia...
Bueno, espero que estés más animadillo (lo de los Fraggle lo confirma, no?)
Saludos chunaris,
Dragona
Sí, estoy más animadillo.
Muchas gracias por vuestro apoyo.
Son seres pequeñitos, pero les coges cariño...
Creo que soy un sentimental.
Pero sí, pertenecer al Mundo de los Fraggle me ha animado mucho, jeje.
Nos leemos,
Elliot.
Lo siento mucho, el que no ha tenido mascota no sabe lo que les puedes llegar a querer.
Yo todavía me estoy deshomerizando...
Un saludo y mucho ánimo,
El hombre de las gafas.
Son pequeños (o enormes como en su caso) y les ves cada día sin que pienses nada más. Simplemente están.
Y de pronto un día ya no están y...
En fin, que no nos pase con nosotros mismos.
Bienvenido de nuevo Mr. Bennet.
Creo que Laura está buscando gafas nuevas, así que... ándese con ojo (o con gafa, en este caso)
Nos leemos,
Elliot.
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