17 septiembre 2009

VAMOS PALLÁ!!!

Para empezar bien nuestra nueva etapa lejos del calor español y para evitar aburrir en las primeras líneas de este nuevo diario compartido, os evitaremos la tediosa información sobre cómo se desarrolló el proceso de "Elliot, sólo una pregunta... QUÉ NOS LLEVAMOS PARA PASAR CINCO MESES FUERA?????" y demás nervios de ese tipo.

Y empezaremos, como toda buena historia, por la primera aventura: embarcar en el avión (de ida, obviamente)

El billete nos dice que el avión sale a las once de la mañana, así que a las seis, Laura ya tiene abierto un ojo y yo no he podido cerrar ninguno desde ayer por la noche.

De tanto mirar si efectivamente el día de salida era correcto (no nos fuera a pasar como una que yo me sé, cuyo nombre empieza por Mar y termina por ta y espero que este año el disfraz de Halloween sea mejor que el pasado, aunque eso es fácil, viendo el resultado final), el billete ya tiene restos de mis huellas digitales, pero Laura, que es toda eficiencia en esta clase de cosas, ha tenido la precaución de imprimir el billete dos veces. Conociéndola, seguro que tiene unos cien billetes impresos, pero ya saben que más vale cien billetes en mano que... mirar cómo despega el avión desde la cafetería del aeropuerto.

El hermano de Laura, que pongamos se llama Rubén, tiene la (pa)ciencia de llevarnos a los dos y las dos maletas hasta el aeropuerto. Y, además, se prestó para llegar tarde a trabajar por esperar a que facturáramos la maleta grande.

Al llegar, nos dimos cuenta de que esos veinte minutos que pensábamos esperar, iban a ser más de cuarenta. Pero allí que plantamos nuestros nervios enmaletados y esperamos.
Bueno, yo esperé, Laura iba pensando en las mil formas de que algo saliera mal (este no es el día, o la hora, o el avión, o el destino, o el billete, o la maleta, o a o a o a o, allá van con el balón en los pies)

Hasta que nos tocó el turno y tan pendientes íbamos de que la maleta no pesara más de lo permitido, que ante la pregunta (fácil, lo sé) de la azafata "¿Ventanilla o pasillo?" no supimos qué responder. Le dio la impresión de que éramos idiotas (sólo la impresión?) y se rió de/con nosotros.
Y menos mal que le caímos en gracia porque la primera maleta pasó (17 kilos), pero la segunda, la que NO íbamos a facturar... 12 KILOS!!! Y el máximo permitido es 6 kilos.
Toda la noche haciendo pruebas, levantando la maleta una y mil veces, llegamos a la conclusión de que no pesaría mucho más de 6, a lo sumo (y resto), unos 8. Ahora veo que estamos más fuertes de lo que parece...

Pero ya está, ya la tenemos montada, Laura ve cómo el avión despega sin ella dentro, y yo veo cómo mis lágrimas comienzan a asomarse (Hola? Hay alguien ahí?).
Madre mía, la única opción que teníamos era quitar el ordenador, pero sólo pesa dos kilos y no soy de mates, pero si a 12 le quitamos 2... me da que sigue sin poder pasar por equipaje de mano!

Pero, que la gente te considere idiota a veces juega en tu favor, y la señora azafata, se apiadó de dos tontos mu tontos e hizo la vista gorda. Así que facturamos las dos maletas sin pagar los 9 kilos de más. Ya lo dice el refrán... pilla fama de tonto y vuela sin pagar exceso de equipaje!

Ya estamos en el avión y hemos preguntado a tres personas distintas si es el que va a nuestro destino. Las tres respuestas han coincidido en un sí, así que...

VAMOS QUE NOS VAMOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Nos leemos en el siguiente,

Elliot y Laura.

2 comentarios:

Raúl dijo...

Hala que guay el nuevo blog!!!

Si ya las aventuras de Elliot eran flipantes, ahora que son dos van a ser la bomba!!!

XDDD

Enhorabuena a los dos por todo lo que habéis conseguido, algunos de vuestros ex-compis sentimos algo (vale, bastante muchísima) de envidia, pero muy sana...

Que disfrutéis muchísimo!!!

Raúl

PD: y no os olvidéis de seguir escribiendo, aunque sea en otro idioma!!!

Laura Marta dijo...

Queridísimo Raúl,

tiene usted toda la razón, las aventuras se van a multiplicar por dos en este nuevo diario, que nos complace que le guste.

Esté atento porque prometemos actualizar más habitualmente, sólo esperamos que continúe al otro lado de la pantalla y nos honre con sus siempre bienvenidos comentarios.

No sé si podremos cambiar el idioma de este blog en un plazo corto, pero esperamos que, algún día, podamos desarrollar nuestras aventuras en versión original y sin subtítulos, jeje.

Nos leemos,

Elliot y Laura.