28 septiembre 2009

De supermercados, estafas y pant...omimadas

Hora de ir a comprar. La nevera que nos ha tocado está tan limpia que vemos nuestro reflejo cuando nos asomamos a ella. Así que decido (a Elliot le toca hacer el vago hoy) ir a hacer nuestra primera compra.

Antes de venir para aquí, la alegría de saber que todo el mundo hablaba inglés nos llenaba y nos nublaba el juicio. Cuando aterrizas, te das cuenta de que, efectivamente, todo el mundo habla inglés, así que la alegría se te desborda. Hasta que entras en un supermercado.

Lamentablemente, la fruta, la verdura y el queso NO hablan inglés, así que todos los carteles que hay en el supermercado están en danés. Y cuánto sé yo de este idioma? Lo mínimo para darme cuenta de que es imposible de pronunciar.

Así que recorremos los pasillos dejándonos llevar por la intuición y por el tacto de las cosas. Obviamente, tontos somos un rato, pero no hasta el punto de no distinguir un tomate de una cebolla.
Pero, qué pasa cuando quieres mantequilla y no sabes distinguirla de la margarina??

Dos horas más tarde, llegamos a la caja para pagar todos los artículos. No es que hayamos comprado mucho, es que nos hemos pateado el supermercado de arriba a abajo intentando encontrar cosas baratas. Pero ya estamos avisados, eso NO lo vamos a encontrar.
Y tardamos más por la ridiculez española de querer cambiar la moneda del país por la nuestra. Para qué, si vas a tener que pagar igual? Bueno, pues nos hemos pasado otro buen rato cambiando las coronas a euros, para ver si la compra era muy cara o sólo cara.

Porque aquí por estos lares, te timan a la primera de cambio. Puedes ver en los carteles de los productos un precio como 23,95, que siempre te van a cobrar 24. Con eso de que ya no tienen las monedas de 1 y 2 øre (nuestros céntimos) pues hacen el redondeo al alza. Pero incluso con 23,75 te van a cobrar 24!!!!

Ponemos la compra encima de la cinta y se nos antoja una botellita de agua para llevar a clase los días de diario. Total, cuesta 3 coronas (0,42 céntimos) y visto lo visto, hasta nos parece barato.

Voy metiendo los artículos en las bolsas mientras voy comprobando que nos cobran correctamente (reminiscencias españolas), parece que todo está bien hasta que llegamos a la botellita de agua.
En la pantallita aparece su precio (3 coronas) y como por arte de magia, nos cobran 5 coronas.
Estoooo, WHAT????
Claro, pensamos, nos ha visto cara de extranjeros y nos quiere timar como sea.
Pero no sabe con quién se las está viendo, así que le pregunto que si nos está estafando porque en el cartel ponía claramente un 2,95 (nos damos de listos y ya sabemos que nos van a cobrar 3) pero nos está cobrando 5.
Y el cajero, muy amablemente, nos indica que algunos productos llevan un +PANT, que significa que nos van a cobrar el precio que indica + una cantidad que puede variar desde 1 corona hasta las 5 coronas.
Ahhhhh, bueno, que nos vas a estafar 2 coronas, nos estás diciendo, no?

Bueno, ya hemos aprendido, la próxima vez nos estafarán igual, pero con conocimiento de causa.

Bienvenidos a Dinamarca!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Nos leemos en el siguiente,
Laura y Elliot.
PS: Ya lo hemos comprendido! Explico: el amigo PANT no es más que un impuesto que se paga por los envases de plástico, principalmente bebidas. Para proteger el medioambiente, se grava esta cantidad (entre 1 y 5 coronas por envase) y luego se puede recuperar (una parte, al menos) si devuelves los envases a las tiendas (hay máquinas especiales para ello).
Por eso las ciudades está siempre limpias de latas y botellas y no encontrarás ninguna en ninguna papelera, la gente que mendiga (y gente que no) se dedica a recogerlas para luego sacarse lo que buenamente pueda en las máquinas.

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