20 enero 2008

Aunque el mono cambie de vehículo...

Estas navidades las he vuelto a pasar con Laura y su familia. Y como en el trabajo me han dado un aguinaldo, he decidido que no voy a ir en autobús. Voy a ir en tren, más concretamente, en AVE. (Nota mental: en este país llaman AVE a un vehículo que va por la tierra, preguntar a Laura cómo llaman a los que van por el aire)

En fin, que allá que voy con mi super maleta, que poco tiene que hacer para ser más grande que yo. (Ver foto más abajo y comprenderán)

Cómo todo esto es nuevo para mi, llego a la estación cerca de hora y media antes de que salga el tren, que nos conocemos. Y allí me siento durante casi 90 minutos a que llegue mi tren.

Estoy un poco emocionado, es mi primer viaje en tren, y se nota. Casi no han terminado de decir la puerta por la que se ha de acceder a mi tren y yo ya estoy esperando en la puerta.

Me pican el billete (como voy en AVE...) y bajo al andén. Miro unas diez veces que el que tengo delante es el tren que me lleva a casa de Laura y comienzo a buscar mi vagón. Es el número 12.

No soy preferente (mente antes de...) así que nos tocará caminar hasta el final del tren donde están los turistas, que queda mejor que decir "los pordioseros".

Y empiezo a contar: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 13, 14. CÓMO????????

Me he confundido, retrocedo y empiezo de nuevo: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 13, 14.

NO PUEDE SER. Me están tomando el pelo, ¿no?

Vuelvo a retroceder, esta vez sólo un par de vagones, que aún se va el tren sin nosotros de tanto caminar arriba y abajo del andén: 9, 10, 11, 13.

Esto es una cámara oculta???????? PUES NO TIENE GRACIA. ME HAN VENDIDO UN BILLETE EN UN VAGÓN QUE NO EXISTE!!!!!!!!!!!

Dicen que el tren sale puntual. Pues bien, el reloj de la estación indica que quedan tres minutos para que se ponga en marcha y yo todavía estoy en el andén porque MI VAGÓN NO ESTÁ!!!

Entonces caigo (plof): ¿Será que mi vagón es como la estación 9 y 3/4 donde mi primo Harry coge el tren para ir a la Escuela? Definitivamente tiene que ser eso...
Hasta que un revisor acaba con toda la magia del momento y me pregunta en qué vagón estoy.

Le digo que en el 12 y me indica la puerta del número 11.

Le agradezco la indicación, pero se ha confundido. Que uno será tonto pero sabe que eso es un, un, un...

Y de pronto, se hizo la magia.

En el cartel donde antes ponía 11, ahora pone 12.

Es el andén 9 y 3/4 fijo.
Pero no, resulta que, por ahorrar (será porque van baratos los billetes) sólo hay un cartelito por cada dos vagones y he debido de pasar siempre cuando indicaba el número 11. Cosas de este planeta...

Bueno, el revisor me ayuda a subir la maleta justo cuando un pitido indica que nos marchamos a la de ya.

El problema: que he subido el último al tren. Obviamente el maletero está hasta arriba y las estanterías de dentro del vagón están demasiado altas para mi.



Me veo dejando la maleta en mitad del pasillo. Afortunadamente vuelve el revisor que todo lo sabe y me sube la maleta, me dice cuál es mi asiento y me regala unos cascos para ver la película.

Creo que voy a pedir un revisor para reyes...

Y creo que voy a utilizar más este transporte, aunque no llegues a ver ni la mitad de la película porque... LLEGAS ANTES A TU DESTINO.

Nos leemos,

Elliot.

2 comentarios:

MJ dijo...

Joooo Elliot me encanta tu maleta, dónde la has conseguido? Me la pido para los Reyes del año q viene!! Claro que como soy mala, igual no me la traen...

Laura Marta dijo...

A mi también me gusta mucho la maleta, pero cuando la puedo subir a los sitios!!!
Es una maleta un poco mentirijillas, jiji. No he ido a tantos sitios como aparecen en las etiquetas, pero no se lo digais a nadie...
Nos leemos,
Elliot.