23 marzo 2007

Los nervios, qué malos...

Voy a mi primera entrevista de trabajo. Pero en mi línea: sin saber qué autobús hay que coger, ni dónde tengo que pararme, ni nada... Así que me voy a la aventura, bien vestido, pero como si fuera a la Ruta Quetzal.
Algo me comenta alguien de que el autobús se coge no muy lejos de mi casa, así que allá voy, a "no muy lejos de mi casa". Y otro alguien me dice, no sin dudas, que el número del bus es el 572. No sé si fiarme, pero como no tengo otra cosa...
Llego a no muy lejos de mi casa y resulta que es una plaza enorme, por lo que tendré que recorrerla entera buscando la parada del 572. Empiezo y miro todas y cada una de las paradas. Nada, doy la vuelta entera y descubro, entre cabreado y divertido, que la parada del 572 está en el primer sitio donde he estado. Sin comentarios.

Subo al autobús y le pregunto al autobusero si podría indicarme la parada del Edificio 2. Me dice que, por supuesto, y que no me preocupe.
Me siento y no me preocupo. Miro el paisaje mientras tanto y me voy fijando en el camino, creo que donde voy a hacer la entrevista está fuera de la ciudad, realmente lejos, así que me relajo, ya me avisará el autobusero.
A los diez minutos (o menos) el autobusero de indica: "En la siguiente, te puedes bajar, porque el edificio al que tú vas es ese" y me señala el edificio de enfrente. Miro el reloj, sólo han pasado 7 minutos desde la parada. El fin de mundo está más cerca de lo que pensaba...
Le agradezco la amabilidad y me bajo.
Llego a la entrada del edificio y llega la gracia que tengo que hacer en las entrevistas, nunca se me han dado bien, pero esta se lleva la palma...
Me recibe una recepcionista en el hall del edificio, y esta es la conversación:

Recepcionista:
- Buenas tardes, ¿en que puedo ayudarle?

Elliot y sus nervios:
- ¿Javier Dominguez? (luego, ya más tranquilo en casa pensé: la respuesta a "¿En qué puedo ayudarle?" no es precisamente "Javier Domínguez", Elliot, pero bueno, ya estaba hecho)

Recepcionista:
- ¿Me dice su nombre y me deja el DNI, por favor?

Elliot y más nervios:
- Elliot Potter. (y saco el DNI de la mochila y se lo entrego a la recepcionista)

La recepcionista apunta mis datos en el ordenador (¿esto no es ilegal?) y después de un rato me lo devuelve. Coge al auricular y con él en la mano me pregunta:

Recepcionista:
- ¿De dónde?

Elliot en su máxima expresión:
- De Withsundays, Australia. (Yes, I'm a Erasmus Boy!)

Pero la recepcionista me mira de un modo raro, frunce los labios y su mirada es bastante fría. Recompone su cara un poco, me mira como si fuera un niño pequeño y suspira mientras me pregunta:

Recepcionista:
- No, que de qué empresa viene!

Elliot, intentando que la tierra o la planta de la recepcionista se lo tragara:
- Eh... no... vengo a hacer una entrevista...

Recepcionista, con cara de malas pulgas (pobres):
- Espere ahí, por favor.

Y yo huyo de la recepción y me siento en un sofá al otro lado de la recepcionista y fuera del alcance de su mirada asesina.

Pero, lo que yo digo, bueno sí, no he entendido la pregunta a la primera, pero tampoco me parece para tanto, ¿no?
En fin, qué malos son los nervios... (pobres, también, siempre echándoles la culpa de nuestra incompetencia...)

Por cierto, la entrevista después fue bastante bien, creo, pero como siempre meto la pata y no me doy cuenta hasta días más tarde...
Ah! Y después de la gran anécdota con la recepcionista, llegó una sorpresilla... Coincidí de nuevo con el autobusero que me había llevado Y ME INVITÓ AL VIAJE DE VUELTA!! Nunca me había pasado, pero fue genial... Ojalá nos volviéramos a encontrar.

Nos leemos en el siguiente,

Elliot.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

- "El número 524, ¿por dónde cae?"
- "Sí (que yo entiendo que soy de la zona), contínua por esta acer hacia arriba y lo encontrarás"

Tiras y tiras hasta que te das cuenta que los números bajan en vez de subir... Así que rehaces el camino, ya toida sudorosa, y terminas llegando al lugar de la entrevista con pinta de haber hecho la ruta Quetzal.

Pues eso, que ha todas (las pocas) entrevistas que he hecho llego echa polvo. Así que mi primera impresión debe dar miedo.

¿De qué era tu empresa?

Laura Marta dijo...

Mi empresa era teleflánica. A ver si hay suerte, pero me mantengo con los pies en el suelo (jeje, yo) porque no quiero caerme demasiado...
La gente cuando te indica las direcciones debería pensárselo dos veces, ¿no crees? Y si no estás seguro... DILO Y NOS AHORRAMOS LLEGAR COMO UN PEREGRINO!!!
Nos leemos,
Elliot.