Nada, allí no estaban. Mientras los macarrones se enfriaban en el salón, mi cabeza intentaba averiguar dónde los podía haber olvidado: ¿la tienda de las fotocopias? No, recuerdo haber cerrado la mochila con ellos dentro antes de salir de la tienda. ¿La biblioteca? No recuerdo haberlos sacado de la mochila, así que lo descarto.
Y entonces caigo (que no “me caigo”, que es distinto): CORREOS!!!!
No me lo pienso dos veces y salgo, con los macarrones diciéndome adiós desde el plato, corriendo a la calle en busca del sobre, suplicando que Correos continúe siendo la empresa que peor funciona cuando se trata de mí.
La media hora que me ha costado llegar la primera vez por la mañana se convierten en diez minutos esta segunda vez.
Con los pulmones todavía en el portal, llego a Correos y me dirijo a la misma ventanilla. No está el tipo que me ha atendido, así que le tengo que preguntar a una señora. “Oiga, arf, arf (me quito el sudor de la frente) ¿ya se han llevado las cartas, arf, arf, (más sudor) que se han entrgado hace... 1 hora?”
La mujer revisa la mesa y sentencia:
“Uy, sí, ahora mismo se los han llevado, porque llegan a las tres y media y son y treinta y cinco...”
Si fuera un personaje de Amèlie, en estos momentos me descompondría en trocitos que caerían al suelo en forma de lágrima, pero no lo soy, así que sólo sonrío como un idiota y me voy arrastrando los pies... Para una vez que funciona bien Correos y tiene que ser, ¿precisamente ahora?
Elliot.
3 comentarios:
Ja, ja, ja, ja, ja... ¡Obra maestra!
Lo que yo decía: lo que no te pase a ti...
Mira que cuando ya estabas en correos pensaba "es capaz de mandar los currículums en lugar de los relatos", y mira, no por tan mal camino.
Los relatos no serían lo de aquella página de cine, ¿no?
Por cierto, tengo ya unas páginas con las direcciones de productoras y cosas varias. Correo va :)
Me alegro de que os haya gustado mi historia. La verdad es que yo me cabreé un poquillo por mi falta de cabeza, pero luego estuve riéndome un buen rato, bueno, desde que salí de Correos hasta mi casa, media hora entre enfadado y divertido. Genial, la gente me miraba un poco raro por la calle, pero yo estaba pensando en la gente que abriera el sobre, pensando "Vamos a separar el sobre para no saber quién ha escrito el relato" y de repente... ZAS! Mis 10 currículums, jajajajajaja.
Tengo más cosas, ya os contaré.
Nos leemos,
Elliot.
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