30 octubre 2007

LOS CASIS

La vida está llena de casis y hoy ha sido el día en el que más me he podido dar cuenta de ello.

Hoy he llegado tarde a trabajar. Y todo por culpa de los casis:

Casi he cogido el metro que estaba en el andén cuando he bajado las escaleras y que me ha cerrado la puerta en las narices.

Casi he cogido el autobús que se ha ido delante de mis narices. Las mismas que habían aplastado las puertas del metro que casi he cogido.

Y casi me he subido al tren Chu-chú de menos diez que nos lleva de paseo hasta el lugar de trabajo y con el que llego en punto.

Pero todo son casis en esta vida:
Por un casi no dejé el piso en el que estoy y me volví a mi ciudad natal.
Por un segundo casi no he ganado un concurso de relatos.
Y por otro casi no me he ido a Suecia seis meses.

Definitivamente odio los casis.


Nos leemos en el siguiente,

Casi Elliot.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Sabes?

Me encanta como escribes... a veces la sencillez bien distribuida hace enormemente grata la lectura.

Y, con respecto a lo que has escrito aquí... creo, sinceramente, que no son tan importantes los "casis" como conocer el "por qué" de esos "casis"...

Saludetes...

Anónimo dijo...

Me desdigo y vuelvo a decir... el "porqué" de esos "casis".

ERRARE HUMANUM EST.

Laura Marta dijo...

Querido amigo Anónimo:
Muchas gracias por tus elogios sobre mi escritura, aunque he de reconocer que es muy sencillo escribir sobre lo que a uno le ocurre.
Y tienes toda la razón, el por qué de los casis es lo fundamental. Haré una revisión de mis casis e intentaré que no vuelvan a ocurrir, aunque siempre saldrán nuevos. C'est la vie. Y siempre nos quedará el dairio para reirnos de ellos.

Espero encontrarle más veces por aquí.
Nos leemos,
Elliot.

Anónimo dijo...

mi casi de hoy:

"casi" mato a mi compañera de trabajo, el porque del casi???
la cárcel no es una opción...
(pero vamos, ganas me han quedado)

un placer tu blog

Laura Marta dijo...

Nadie por quien tengas ganas de matar merece que vayas a la cárcel, pero sí, te entiendo perfectamente.
En mi caso compartir piso a veces es duro.
Animo a todos desde aquí a que digan en voz alta sus "casis" diarios, seguro que desahogamos a más de uno y nos evitamos la cárcel, que nunca está de más.
Pues no sé si hay conexión a internet desde una celda para seguir leyendo mi blog.
Espero encontrarla por aquí más a menudo.
El placer es mío.
Nos leemos,
Elliot.