11 febrero 2009

O(h) Porto Mío (1º parte)

Viaje con Laura y MJ a Oporto. Sí, ya se pueden empezar a reír.

El avión genial, dando la paliza a todos los que nos acompañaban. ¿Cómo se puede hablar tanto rato seguido? No lo sé, pero lo hicimos.


Y llegamos a una ciudad mágica, donde el tiempo pasa de una forma rara (o directamente no pasa) y donde nos sentimos ruines al ver que hasta los ciegos
picaban el billete de metro y nosotros nos colábamos. Pero, jo, es que no tienen torniquetes, es el paraíso de los que somos como nosotros, ruines.

El diluvio universal nos hace refugiarnos en la Pensao (así, con acento portugués) ya por la tarde y tras varias pelis en versión original (cómo mola, tío) salimos de nuevo a perdernos una y mil veces y a hacer tiempo porque hemos preguntado a la recepcionista cuándo podríamos volver, nos ha dicho a eso de la una o las dos y no nos parece respetable regresar antes de las ocho. (qué tristes somos!!)
Así que, para hacer el turi un rato, nos pillamos una pizza Portuguesa en Portugal. No se puede ser más guiri, lo sabe
mos, pero allá que compartimos una pizza mediana (que aquí llaman "familiar", cuestión de morro publicitario) y un refresco.

Y no llegan a dar las diez de la noche y ya volvíamos. ("Estaba por aquí, pero esto no me suena, claro, como que nos la acabamos de pasar!!")


Y llega la noche. Y parece que pasa (la noche, digo), por eso nos despertamos pensando que ya serán las once de la mañana porque hemos descansado un montón y miramo
s el reloj para comprobar que son... las cuatro de la madrugada.

Y nos vuelve a pasar un rato después (que nos parecen días enteros), se despiertan MJ y Laura, les pregunto qué hora es, me dicen que las ocho, les digo que no puede ser, me dicen que sí, les digo que llevo e
n la cama siglos, ellas me dicen que ellas también y es cuando MJ se da cuenta. No son las ocho de la mañana, SON LAS SIETE porque en Portugal es una hora menos.
Y yo no puedo estar más en
la cama, me entra la risa y me tengo que ir al baño.

Vuelvo, me duermo otra vez. Me despierto y ahora sí que sí que tiene que ser la una del mediodía y MJ otra vez, "No, son las ocho y cuarto". NO PUEDE SER!!!! Y decidimos venir a vivir a Oporto en época de exámenes porque está clarísimo que nos cundiría mucho más el tiempo.

Como no se puede exp
licar una ciudad como Oporto en un diario, sólo se puede vivir, les terminaré contando que lo mejor de la ciudad, no son las casas viejunas, ni el puente, ni que esté a un centímetro de la nada porque si te asomas un poco más de la cuenta te caes de la península Ibérica, no. Lo mejor de la ciudad son LOS CROISSANES!!!! a 30 céntimos la unidad, adivinen qué comimos, desayunamos y cenamos...


Continuará...


Nos leemos en el siguiente,
Elliot.

6 comentarios:

JavierMA dijo...

Me están entrando ganas de ir. Es curioso porque a mi me pasa lo mismo siempre y nadie lo entiende.En sitios donde es una hora menos que en España parece que me cunde más el día. Descanso más, duermo y cuando me levanto digo... joder si todavía tengo tiempo
Nos leemos

Mj dijo...

Al leer estas líneas se me saltan las lágrimas... de risa (madre, mía, qué viaje), y de nostalgia: jooo cómo moló!!

A ver para cuándo el próximo ^^

Laura Marta dijo...

Mr. Bimbi(Jarque),
encarecidamente le recomendamos el lugar. Pequeño, viejuno, con encanto, mágico y romántico siempre y cuando vaya uno en días no tan mojados y con una compañía que no se tropiece con sus propias zapatillas y casi rompa el espejo del armario (de Narnia, por cierto).
Pero un lugar especial, se vaya con quien se vaya. Y si se va uno consigo mismo, ese tiempo mágico de Oporto pondrá todas sus cosas en su lugar. Seguro.

Es genial ver que todavía son las diez de la mañana cuando ya pensábamos que eran las doce. Es como ganarle un par de horas a la vida. Reconforta. Le entiendo perfectamente.

Nos leemos,
Elliot.

Laura Marta dijo...

MJJJJJJJJJJJJJJ

ahora Laura está un poco de bajón, por no decir otra cosa, pero en breve se le pasará y ya estaremos pensando en el próximo viaje, seguro.

¿Londres a buscar comida-basura?
¿Berlín para quedarnos a estudiar allí y olvidarnos de los piiiiiiiiiiii de esta universidad?
¿Oporto para pillar más croisanes?
¿Amsterdam para pillar...?
¿Dinamarca para saber qué se hubiera sentido?
¿Gales para saber que no sabemos inglés?
¿Granada para comer de tapeo gratis?
¿Donosti por... todo?
¿Zaragoza por la cantidad de nieve que tiene según la revista del avión?

Tiene que haber uno antes de los exámenes del segundo cuatrimestre!

A decidir o a pillar ya los billetes más baratos, lo que ocurra antes.

Nos leemos,
Elliot.

Cristina Serrano Acosta dijo...

Ha debido de ser un viaje maravilloso. También me entran unas gnas enormes de conocer Oporto. ¿Puedo sugerirle un viaje? Si pueden, visiten París. Es una ciudad cara pero también mágica y pueden alimentarse en el barrio japonés, el barrio judíio o los puestos de creppes y gofres a un precio muy razonable.

Un saludo y mis mejores deseos para que sigan viajando.

El Hombre de las gafas.

Laura Marta dijo...

Estimado Hombre de las gafas,

efectivamente ha sido un viaje espectacular, aún tengo que contarles la segunda parte, pero lo que no puedo hacer es exprimir tres días geniales en unas cuantas lineas, tienen que vivirlo por sí mismos.

Apuntamos su sugerencia de viaje. Y apuntados quedan el barrio judío, el barrio japonés y los puestos de creppes y goffres (goooofreeeees, para qué más comida???)
Intentaremos ahorrar, aunque siempre habrá algún puente sobre el Sena que esté vacío...

A ver si se apunta a alguno que hagamos en el día... :o)

Nos leemos,
Elliot.